El tomate, que botánicamente es una fruta, pero culinariamente es una verdura, es un elemento importante de una alimentación saludable.
Es una de las fuentes más ricas en licopeno, un potente antioxidante. El licopeno ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y protege las células del daño.
Es interesante que el tratamiento térmico de los tomates (por ejemplo, en salsas) aumenta significativamente la biodisponibilidad del licopeno para el organismo.
Los tomates contienen grandes cantidades de vitamina C y vitamina K, que refuerzan el sistema inmunológico y la salud ósea, respectivamente.
Su alto contenido en agua y fibra hace que el tomate sea un producto bajo en calorías que ayuda a mantener el equilibrio hídrico y una digestión saludable.
También es una buena fuente de potasio, necesario para normalizar la presión arterial y la salud del sistema nervioso.